El carácter frío de Calandra Smythe la había protegido del desamor y la había convertido en una gran organizadora de eventos. Pero lo que no había planificado fue una noche de pasión con el famoso magnate naviero Alejandro Cabrera... ¡ni sus consecuencias!
Alejandro se quedó atónito cuando ella le comunicó que iban a ser padres y que deseaba criar a su hijo sola. En respuesta, le ofreció la oportunidad de organizar un evento para su empresa, Cabrera Shipping. Eso les daría la oportunidad de conocerse mejor durante la semana que pasarían juntos en Francia y demostrarle que podía ser el padre perfecto.