El divino Orfeo fue unos de los autos sacramentales de Pedro Calderón de la Barca que tuvo más relevancia en América, fue representado en Perú en 1687.
Se trata de una obra alegórica de carácter didáctico que nos presenta a Orfeo transformado, es decir, convertido en Cristo. Calderón revistió teológicamente el mito de acuerdo con el espíritu y las exigencias del siglo XVII y estableció fuertes relaciones alegóricas y simbólicas entre los personajes del mito pagano y el auto cristiano.