El trabajo de Rhys era tan absorbente que no le dejaba tiempo para mantener una relación formal con una mujer, y él estaba encantado. Mariah, su vecina del primero, era una gran amiga, pero nada más. Su noche de pasión con ella había sido un error…
Y Mariah lo sabía. Sabía que Rhys había sufrido y que no quería volver a arriesgar su corazón, del mismo modo que sabía que no podía evitar estar enamorada de él. Pero se había quedado embarazada y Rhys solo disponía de unos meses para aprender de nuevo a confiar…